martes, 5 de enero de 2010

Una banda de rock a prueba de todo



El retorno de Dolores Delirio
El Comercio
03 de enero de 2010
LA EMBLEMÁTICA AGRUPACIÓN NACIONAL CELEBRA EL REGRESO DE SU VOCALISTA ORIGINAL, RICARDO BRENNEISEN, CON LA PRODUCCIÓN DE UN NUEVO DISCO. INICIARÁ EL AÑO CON UN CONCIERTO QUE SE REALIZARÁ EL SÁBADO 16 DE ENERO EN LA NOCHE DE BARRANCO

Por: Diego Pajares

Pocas agrupaciones dejan una marca tan fuerte en sus seguidores que logran traspasar la barrera del tiempo, a pesar de los desacuerdos y conflictos propios de una banda que busca permanecer vigente en el tiempo.

Los que conocen la trayectoria de Dolores Delirio saben que esta presenta altos y bajos, cambios de vocalista y hasta la lamentable muerte de uno de sus fundadores, el guitarrista Jeffrey Parra. Sin embargo, con el regreso de su cantante original, Ricardo Brenneisen, y el entusiasmo del baterista Josué Vásquez, se inicia una nueva etapa en la historia de esta recordada agrupación nacional. Porque Dolores Delirio tiene para rato, dicen.

Cuando Dolores Delirio tuvo por vocalista a Luis Sanguinetti, hubo un cambio de estilo en su música. ¿Seguirán así con el regreso de Ricardo?
Josué: En ninguno de los procesos de creación de nuestros discos hemos tenido algo preconcebido. Siempre la búsqueda se ha dado paso a paso. La energía del público nos inspira.

Ricardo: Estoy seguro de que va a salir algo bueno y original. Quizá salga un disco minimalista, “power trío” o de repente algo electrónico. No sabemos qué es lo que fluirá esta vez.

¿Cómo se concreta el regreso de Ricardo a la banda?
R.: Fueron una serie de casualidades. A Cómplices Eternos, que era mi banda en ese momento, se le complicó la situación por problemas de horario y ahí quedó. Paralelamente, ocurría algo parecido en Dolores con Lucho (Sanguinetti).

J.: Él tenía otros planes. Nos contó que ya tenía otra banda. Ya quería grabar otra producción, mientras que nosotros teníamos la idea de que “Plástico divino”, el disco que sacamos en el 2008 con él, necesitaba por lo menos dos años de promoción.

R.: En ese momento nos tocó tomarnos un café. Quedamos en que no nos podían pasar los mismos problemas que antes, e hice algunas propuestas.

J.: Estuvimos de acuerdo con que una quinta persona hiciera el trabajo de mánager de la banda, y a partir de ahí empezó esta nueva etapa, ya no solo de cuatro músicos, sino de cinco personas que trabajan en el mismo proyecto.

¿Las cosas con Sanguinetti quedaron en buenos términos?
J.: Simplemente teníamos conceptos distintos. Para nosotros, como para muchas otras bandas, sacar un disco implica mostrarlo y trabajarlo en vivo durante uno, dos o tres años. Él estaba acostumbrado a otro ritmo con Leusemia.

¿Qué harán para unificar las diversas ideas que tienen como grupo?
J.: Nuestra esencia es el estilo que impuso Jeffrey Parra, guitarrista fundador de la banda, que murió en un accidente automovilístico hace años. Él formó el grupo. Dijo que quería que las guitarras sonaran envolventes, densas, que se creara una atmósfera. R.: Lo más importante de él es cuánto ha aportado al sonido del rock nacional. Grabó con nosotros solo dos discos, pero dejó una marca inmensa. Cuando estuve de gira como solista y tocaba las canciones de Jeffrey con otros músicos, era increíble ver la devoción con la que estos tocaban sus composiciones.

¿Cómo fueron los primeros años sin Jeffrey?
R.: Pasamos 11 años buscando un reemplazo. Fue fácil encontrar a un nuevo músico, pero el nexo que unía las diferencias entre nosotros nunca lo encontramos.

¿Cómo proyectan el futuro de Dolores Delirio?
J.: Bueno, ahora la cosa está más ordenada y calmada. Estamos enfocados. Aunque en realidad es la gente la que tiene la culpa de que hayamos regresado. Es increíble que una banda que ha pasado por tantos cambios aún cuente con el soporte del público.

R.: Hay un momento en el que tus propios seguidores no permiten que dejes de formar parte de tu banda. Es algo que sobrepasa la fuerza de voluntad.

¿De qué manera les han hecho saber sus deseos de que continúen haciendo música?
J.: Te paran en galerías Brasil y te preguntan por qué no vuelves a hacer un disco como el “Zero”. Eso es bacán, pero al final uno debe ser sincero con lo que le provoca hacer. No podemos caer en el jueguito de hacer lo que el público nos pide. Eso es de los grupos que buscan conseguir un “hit”. Nosotros preferimos decir a la gente que nos deje pasar por nuestro proceso de concepción.

Es decir, prefieren ser sinceros y originales con su público.
J.: Eso es rock: ser originales. Modestia aparte, el rock ha evolucionado cuando las bandas han tenido ese tipo de actitud. Por lo menos tenemos la tranquilidad de poder hablar de ciertas cosas con las que no nos sentimos conformes aún.

R.: Pero es bueno sentirse inconforme, si no ya no buscas. Esa es una clave: que la gente te mente la madre en los conciertos indica que algo falta; hay que buscarlo.

¿Consideran que hay grupos que solo buscan que la radio programe sus canciones?
J.: Ese es otro tema también. Es interesante y también es una pena. He escuchado decir que el rock nacional se ha estancado, pero creo que sería injusto para las bandas que han surgido en los últimos años. Lo que sí es una realidad es que las bandas aprenden más rápido de márketing que de cuestiones esenciales de convivencia dentro de un grupo. Y eso es clave.

¿Qué proyectos alistan para este año? ¿Cómo afrontarán su nueva etapa?
J.: Empezaremos a componer en enero. Tenemos una idea interesante: ir mostrando avances, lanzando algunos EP con varias portadas, para que los “fans” las tengan todas. Por lo pronto, seguiremos con las presentaciones en vivo.

R.: Creo que el objetivo en esta etapa previa al disco nuevo es remontar de alguna manera lo que dejamos de hacer con la banda. Nos toca decir aquí estamos, a ver: ¿quién ocupó nuestro lugar? No hay nadie.

J.: Lo que haremos es grabar en las pruebas de sonido. Tenemos una persona que se encarga de eso durante nuestros viajes.

R.: Nosotros pensamos que si algo no existe, lo tienes que crear; así de simple. Nadie lo hará por ti. Incluso es así como funcionan nuestra giras. No esperamos que nos llamen; si no nos invitan, nosotros los llamamos. No somos para nada una banda aburguesada.


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