sábado, 24 de abril de 2010

LEUSEMIA Y «AVE ROK» EN UN REPORTAJE TELEVISIVO SOBRE EL ROCK PERUANO (1984)

19 de marzo de 2009

Extraido del Blog Caín y Abel

He aquí un valioso vídeo del cual no teníamos ninguna referencia. Lo acaba de colgar en YouTube Fernando Pinzas Ramos quien, desde el año pasado, se haya recopilando material para un documental sobre la movida del Rock Subterráneo. Las gracias a él por el aviso. Copiamos los textos de su correo y la presentación que adjuntó al mencionado vídeo.

"Hola Syd, acabo de colgar un video en Youtube (lamentablemente de no muy buena calidad, debido a que fue capturado de VHS viejo) que espero lo puedas anexar a tu blog. Se trata de un reportaje realmente histórico hecho en 1984 por la documentalista Delia Ackerman que, por entonces, era reportera de Canal 4. En este reportaje vemos entrevistas a las bandas que eran consideradas como parte de todo un boom del rock peruano. Aparecen: Pax, Raul Pereyra y Kotosh, pero la gran sorpresa está en Leusemia, con su formación original, tocando en vivo y dibujando esvásticas en la calle. Te mando el link y espero lo publiques, pues es material previo a la gran explosión del Rock Subte, incluso vemos a Alfredo Rossel de Ave Rok hablando de Leusemia y Narcosis... Tengo más material subte que me gustaria convertir a DVD para el documental que estoy realizando, si pudieras publicar ese aviso seria genial, pues es un poco caro y los videos que tengo son varios... Saludos, y gracias por tu buen blog!".

Como este, quedan por rescatar otros reportajes producidos por los canales de televisón abierta de aquel entonces. Dos de ellos, transmitidos por el canal 9 (ATV) en 1986 o 1987, estuvieron dedicados a la Horda Metálica de Miraflores, antipunks todos ellos, y a los subtes, aunque recuerdo sobre todo la parte dedicada a María T-ta.

ROCK PERUANO EN 1984

Lima, 1984. El rock peruano experimentaba un resurgimiento después de varios años de silencio. Delia Ackerman realizó en noviembre de 1984 un reportaje sobre las nuevas bandas, emitido en el programa «Primer Plano», de Canal 4. En este reportaje vemos entrevistas a Pico Ego Aguirre, del grupo Pax; Raúl Pereyra, ex integrante de la legendaria banda de rock fusión El Polen y, por ese entonces, miembro de Sudamérica; la banda Kotosh, y; Miki González. También está una interesante entrevista a Alfredo Rossel, director de la importante revista Ave Rok, la cual organizó los legendarios conciertos denominados «El Rock Subterráneo ataca Lima».

Sin embargo, la sorpresa de este reportaje está en Leusemia, apareciendo por primera vez en la televisión con la formación clasica (Daniel F, Leo Scoria y Kimba Vilis). Por ese entonces, Narcosis ya había empezado a tocar y compartía escenario con Leusemia, como muestra Alfredo Rossel en un afiche. El Rock Subterráneo ya estaba dando sus primeros pasos.

Fuente:
YouTube, mar. 18 de 2009.

Kilowatt: Leyenda del rock peruano

Extraido del Blog de Domingo de Ramos
*Por Róger Santiváñez.

Corrían los últimos meses de 1982. Se acababa de fundar el Movimiento Kloaka . yo vivía en el Rímac y algunas tardes me visitaba un joven estudiante del colegio Ricardo Bentín-David Pillman- a quien había conocido poco tiempo antes, en una muestra de Arte Joven titulada “Propuesta II”, sita en el Museo de Arte Italiano y gracias a la mediación del recordado crítico Hugo Salazar del Alcázar. Como Pillman moraba en la populosa Av. Pizarro, muy cerca de mi casa en la Urb. Villacampa, llegaba a verme casi a diario para tratar temas de poesía, pintura y rock. Gustaba hacerse llamar mi “mi discípulo aventajado” y frecuentó las reuniones de Kloaka en el restaurant Wony , junto a otro chico del Bentín –Miguel Valladolid- con quien estuvo a punto de lanzar “Kloaka-Escolar”; pero el tiempo los ganó: terminaron las clases y todo quedó en un hermoso deseo.

Sin embargo Pillman, en los últimos días del año, se dio la maña para organizar una reunión fundamental (ahora lo comprendo así) en una especie de garaje o desván de su propiedad, al lado de la casa paterna. Allí me presentó a 2 muchachos inquietos y muy interesados en el asunto cultural. Ellos eran Ricardo Montañez y Edgar Barraza, quienes vivían también en las cercanías del barrio, Pillman ya les había hablado de mí y del Movimiento Kloaka.

Les expuse detalladamente la nueva propuesta y mi deseo de romper fuegos muy pronto con un Recital-Concierto-Exposición en el Bar La Catedral de la Plaza Unión (donde se sitúa la novela de MVLL). Todo esto entusiasmó a los dos jóvenes. Ricardo montañez cogió la guitarra y se puso a tocar temas de rock clásico, asegurándome que tenía un hermano quien tocaba mil veces mejor que él. Edgar Barraza me habló de un grupo en el cual cantaba, “Kola Rock”, compuesto por chicos de Comas. Y afirmó: “Increíble. Algo bien grande va a empezar muy pronto”. Edgar Barraza no era todavía “Kilowatt”, pero ya era ese talentoso joven que sabía cantar el rock como nadie lo ha hecho en el Perú. Esto, sumado a un honesto interés por el arte, la cultura y la política, hacían de él una de las personalidades más atractivas de una escena que –a la sazón- podríamos denominar pre-subterránea.

Y es que Barraza, los hermanos Montañez y otros patas del Rímac (como Carlos Oliva, que después sería uno de los fundadores de “Neón”) formaban una especie de célula rock, cuya propuesta central era la fundación de una nueva hora para dicha tendencia musical en el Perú.

Se buscaba acabar con el imperante canto inglés. Había que cantar en nuestro idioma, hablar de problemas concretos y asumir una cierta ideología popular y cuestionadota del orden establecido. En ese momento todavía no habían salido a la luz pública “Leuzemia” ni “Narcosis”. Pero ya existía esta movida proto-subterránea en la que estaban grupos como “Temporal”, “Soljani”, “Cimiento”, “Madrigal”, “Seres Van” entre otros. Justo es recordar que Edgar Barraza, ya bautizado “Kilowatt” por Leo Escoria debido a su eléctrica figura similar al logo de la Energía , fue un enlace fundamental con la ola del rock subterráneo: Kilowatt ensayó y estuvo a punto de ser cantante de “Leuzemia”. Recuerdo que me visitaba llevándome las letras mecanografiadas del entonces nuevo grupo y me hablaba entusiasmado con la expectativa de lo que significaba algo así. Kilo no llegó a debutar con “Leuzemia”, pero sí me llevó a conocerlos en diciembre de 1983, al concierto que hubo en la Escuela de Bellas Artes. Y a partir de allí fue uno de los activistas más entregados a la causa del rock subterráneo.

Retomo el hilo de la historia: El Movimiento Kloaka estrenó su vida pública el 11 de febrero de 1983 en la Catedral , con lecturas de los noveles Domingo de Ramos, Edián Novoa, Guillermo Gutiérrez, Mary Soto, Mariela Dreyfus, Pepe Velarde, Dalmacia Ruiz Rosas entre otros invitados, exposición de Polanco y tocada de “Durazno Sangrando”, y de un grupo ad-hoc formado en el instante por Toño Arias (batería), Raúl Montañez (guitarra) y Edgar Barraza “Kilowatt” en la voz. Todos del Rímac. Fue una noche inolvidable. Desde ese momento Kilo se constituiría en el puntal del rock-con refrescantes influencia punk-para todas la presentaciones de Kloaka . Al mismo tiempo me visitaba diariamente para escuchar buena música y leer todo tipo de poesía moderna.

Rimbaud, Lautréamont, Artaud, Ginsberg y por supuesto Vallejo, a quien él amaba. Para el Recital-Concierto de abril del 83 en el Auditorio Miraflores, Kilowatt hizo la versión peruana del antiguo hit de Elvis Presley “Jhonny BeGood” , llamándolo “Jhonny Huancayo”, narrando la historia de un joven huancaíno que se viene a Lima soñando ser estrella de rock; fracasa, se regresa a la sierra y se mete a las filas del Partido Comunista Sendero Luminoso. Esta canción puede escucharse en el cassette que los hermanos Montañez lanzaron poco después de su muerte acaecida en Buenos Aires a principios del 2001.

Después de Kloaka y de la primera gran ola de rock subterráneo (1985), Kilowatt se convirtió en un paradigma y un ejemplo de honestidad y pureza para muchos jóvenes que veían en él al rockero que no se vende, al artista íntegro y revolucionario. Con algunos de ellos formó la banda “Kilowatt y sus cuchillos”, dejando una herida abierta –no solo por su muerte antes de tiempo- si no palpitar perenne de compromiso con una verdad y testimonio insuperable de amor al rock.

*Poeta del Movimiento Kloaka y ahora residente en USA.

"(MI) LEUSEMIA": ROGER SANTIVAÑEZ y el regreso de la LEYENDA (1995)


Extraído del blog Caín y Abel
19 de mayo de 2008


A principios de 1995 se anuncia lo impensable: dejando de lado sus diferencias, los integrantes de Leusemia deciden unirse nuevamente y volver a los escenarios tras nueve años de receso. Con este motivo, Roger Santivañez, miembro fundador del grupo poético «Kloaka» y amigo de la banda, publicó el comentario que sigue en un diario de circulación nacional.
EL RETORNO DEL ROCK SUBTE
(MI) LEUSEMIA

Una noticia recorre los subterráneos de la ciudad: se ha reunificado Leusemia, el mítico conjunto de rock que inició la movida subte en 1985. Es una buena ocasión para recordar a Kilowatt hablándome del conjunto como la novedad de la música juvenil peruana. En 1983 y 1984 el rock se había estancado; la revista Ave Rock decidió resolver la situación de vacío organizando el concierto llamado Ataca Lima, rock subterráneo, con Del Pueblo y Leusemia. A partir de allí, un vasto movimiento musical se desarrolló en todo el territorio. Sólo en Lima este movimiento llegó a reunir más de cien bandas a lo largo de las fechas del concurso del rock no profesional de la revista Esquina en 1987.

Al principio fue Leusemia y Narcosis. Este último grupo debutó en la discoteca Carnaby de Miraflores, famosa y clausurada por la muerte por sobredosis de una subterránea en minifalda de cuero negro, en manos de una collera de subtes. Luego vendrían Autopsia, Guerrilla Urbana, Flema, Excomulgados y Zcuela Crrada. Era una sola mancha negra que asolaba los conciertos de rock comercial y también los bares de intelectuales barranquitos. Pero esto no impedía que ciertos catedráticos universitarios participaran de las reuniones subterráneas. Recuerdo a María Burella de la Universidad Ricardo Palma corriendo con un subte llamado Pelo Parado, huyendo de los disparos de la Guardia Civil que destrozó el concierto Rock en Río Rímac en Abajo el Puente, distrito leusémico, ya que los hermanos Montañez son rimeños. Así como los hermanos Daniel F y Kimba son mironianos. O sea, más limeña no puede ser Leusemia. De allí brota la canción “Para Lima (Astalculo)” –emblemática– tal como “Oirán tu voz”, “Diarrea” o “Rata Sucia”.

Hacia 1987 el movimiento subterráneo se dividió entre pitupunks y subtes. Pero ya era un asunto de masas. Ya no se trataba de una élite punkera o pancracia, como se decía, sino que la idea se había propagado entre cientos de jóvenes. Nuevos vientos han venido a refrescar el ambiente subterráneo de Lima. La revista Esquina, que nació junto con este movimiento, viene organizando desde el año pasado el «Condorock» de la Carpa Teatro del puente Santa Rosa de Lima. Grupos como Radio Kriminal, Psicosis y Azules Moros son algunos de los nuevos nombres que ya se hacen sentir. Pero lo más interesante ha sido la reunificación de Leusemia ocurrida en el Mamani Pub de la calle Quilca en un recital de poesía y rock organizado por Piero Del Pueblo. Allí, Montañez y Daniel F se volvieron a juntar para delicia de sus fanáticos. Kilowatt interpretó, asimismo, unos temas de Leusemia. Mas la confirmación masiva de que Leusemia está vigente en el corazón y en los sueños de los jóvenes de vastos sactores populares, se dio en la Carpa Teatro, una noche maravillosa de enero de la cual tengo ya el poema. Gracias, Leusemia.
Fuente:
Expreso (Lima), feb. 19 de 1995.

jueves, 8 de abril de 2010

HISTORIA DEL ROCK SUBTERRANEO (1985 - 1992)


Generación Cochebomba
16 de marzo de 2010
Por Martín Roldán Ruíz

Hace unos meses, el antropólogo gringo Shane Greene, preguntaba mi opinión sobre el auge de publicaciones, estudios, videos, artículos, reportajes, recopilaciones, homenajes, que se están haciendo sobre el Rock Subterráneo o sus protagonistas –Él mismo está haciendo un estudio desde su especialidad, y yo mismo he escrito una novela, algunos cuentos y varios textos en este blog–. Mi respuesta fue, simplemente, que al ir entrando a la cuesta descendente de nuestras existencias, los que fuimos parte del movimiento subterráneo, queremos dejar constancia que lo que hicimos transcendió no solo nuestras vidas, sino también la del país.

Si bien muchas cosas continuaron igual, después del rock subterráneo ya no fueron las mismas. Porque este movimiento de alguna forma aglutinó la vanguardia no solo musical, sino también de otras expresiones artísticas. Una rápida mirada nos dará cuenta de que muchos de los que ahora destacan como músicos o artistas, tuvieron un pasado de chancabuques, jeanes rotos y pelos parados. Escuchar cintas – demo, leer fanzines y asistir a precarios conciertos fueron el pasatiempo preferido de sus horas muertas; mientras, en sus cabezas giraban miles de formas innovadoras por musicalizar, reflejar, alterar o poetizar una realidad que les era totalmente hostil.

Nadie se propuso ser la vanguardia última antistablishment, ni la revolución cultural que habría de alterar conciencias para el cambio social. Simplemente dijeron lo que tuvieron que decir, de la forma como mejor les pareció. Y allá los que lo interpretaron a su manera. Porque nada fue gratuito. Todo estaba servido para que algo explotara. Y les tocó a ellos, hacerlo. Todos los que participaron, desde los “músicos” hasta los simples espectadores, desde los editores de fanzines hasta los simples lectores, contribuyeron para que el Rock Subterráneo fuera lo que es… hasta hoy. Porque lo que nace natural y espontáneo, trasciende de manera tal que con el tiempo su legado es retomado por otros actores que tratan de hacer de su momento algo igual de trascendente.

Bien. Hace unos días me enteré del CD compilatorio Historia del Rock Subterráneo (1985–1992) la cual trata de registrar lo que fue esa realidad violenta y desesperanzadora a través de las canciones de bandas clásicas de este movimiento, junto a aquellas que de alguna forma son más subtes, en el sentido de que no son muy conocidas para la gente de estos años. Pero que tienen igual de validez para aquel que desea conocer lo que fue.

Y lo que me ha sorprendido, gratamente, es ver que la canción MASAS de mi antigua banda hardcore DICTADURA DE CONCIENCIA, cierra este valioso testimonio. Esa canción salió en el cassete NO HEMOS MUERTO de 1992, si es que no me equivoco. Una grabación que pocos tienen, es más que ni yo mismo la tengo. DDC, participó también con otro tema titulado ES NORMAL EN ESTOS TIEMPOS, que llegó a ser el más pedido por la gente cuando tocábamos. Otras bandas que salieron en ese cassete fue Nada Tuyo, Desarme, Decisión Final, Futuro Incierto, entre otras que ya no recuerdo y que muchas continúan en la brega.

La música de MASAS fue hecha por mí, con aportes de Eduardo Nova en la guitarra. La letra pertenece al fallecido Saúl Omiso porque fue uno de los temas de Confrontación de Ruptura, la banda que forme con él en 1990 (Hasta hoy conservo la hoja de papel que me dio, escrita de su puño y letra) Posteriormente C.D.R, se dividiría en Nada Tuyo y Dictadura de Conciencia.

Ahora que recuerdo, esa canción la hice tratando de emular un tema de The Exploited de su álbum Death Before Dishonor. Creo que no dí en el clavo ¡Ja!

Nunca se me ocurrió escribir sobre DICTADURA DE CONCIENCIA, pero creo que esta vez lo ameritaba. Espero que el ejemplo que alguna vez dejaron las bandas subtes que aparecen en ese CD –y las que no, también– llene las expectativas de los muchachos interesados en esos tiempos.

viernes, 15 de enero de 2010

Traffic Sound, parte de la historia del Rock Peruano



Traffic Sound, los años maravillosos

Por Miguel Sánchez Flores

Blog MP3,Al Máximo de Perú21

Al grito de Yawar Huaca y con quijadas de burro como instrumentos los Traffic Sound firmaron, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, uno de los momentos más modernos y gloriosos del rock peruano. Su propuesta de avanzada mezclaba el sonido de grupos de esa época con psicodelia y ritmos latinos. Lamentablemente el sueño duró poco tiempo.

Hace casi cuarenta años Traffic Sound escribió uno de los momentos más modernos y memorables del rock peruano. Se despidió tempranamente de los escenarios con un mega concierto en el Teatro Segura junto a la Orquesta Contemporánea de Jaime Delgado Aparicio, uno de los más grandes de la música peruana. Dicen los que estuvieron que el evento terminó con una versión de Mr. Skin de más media hora de duración y con el público enloquecido. Los seguidores no podían creer que la banda rock más consolidada del momento se estuviera retirando en su mejor momento. Quién sabe si fue Velasco quien, en 1971, finalmente convenció a aquellos jóvenes que era mejor ejercer sus respectivas carreras que seguir jugando a los músicos. Lo cierto es que llegado el momento de tomar la decisión de si seguir o no, cinco de los seis integrantes de Traffic Sound (Manuel Sanguinetti, Willy Barclay, Willy Thorne, Luis Nevares y Freddy Rizo Patrón) respondieron que mejor lo dejaban ahí, que se retiraban como los grandes, sin siquiera imaginar que años después, su legado formaría parte de la más atesorada herencia musical de nuestro país.

El único que se quedó (según sus propias declaraciones) fue Jean Pierre Magnet *, famoso saxofonista, formado entre los acordes de la orquesta del Hotel Country Club en donde creció rodeado de música. Se quedó es un decir, pues desanimado por la decisión del grupo estudió Economía un par de años. Pronto se dio cuenta que lo suyo era la música. Viajó a Buenos Aires, Boston y San Francisco donde las influencias del jazz terminaron de convencerlo de su decisión. Magnet volvió al Perú años después, se enamoró, quedó y el resto es bastante conocido. Otro que se "quedó" (por poco tiempo en la música) fue Miguel Ángel Ruiz Orbegozo, más conocido como Zulu *, sí el mismo que salía con Yola Polastri, que si bien no era parte de la formación original, formó parte de la banda en los últimos años, reemplazando a Willy Thorne en el bajo y los teclados). Zulu, cuya vida y obra dan para un post más, dejó un LP homónimo de escucha indispensable. Extrañamente dejó un álbum a medias y se retiró para siempre de la música (él mismo dice asustado del mainstream y de sus consecuencias).

A veces pienso que es como si de pronto una nube de pesimismo se hubiera posado sobre una joven Lima. Una ciudad que hasta entonces transcurría inmersa en una sensación de desasosiego y tranquilidad. Una calma cierta que se detenía en largas caminatas, viajes en tranvía, visitas a la playa y matinales de fines de semana. En qué momento se jodió el rock peruano podría uno preguntarse mientras escucha a todos los grupos de fines de los sesenta. Acaso los chicos simplemente crecieron, la democracia fallida, el discurso nacionalista (o la malinterpretación de esta como dice Gerardo Manuel). O quizá fue la gran resaca de aquel tiempo novedoso de drogas y también de amor y paz en el que Joe Cocker cantaba y emocionaba en ese mitin multitudinario disfrazado de concierto de rock llamado Woodstock. No lo sé. Lo cierto es que la historia dice que de golpe (quizá la palabra no sea gratuita) desapareció la primera escena rock en el Perú y con ello los primeros grupos de rock peruanos.

Algunos distraídos señalan que el rock peruano como tal nació en los ochentas, básicamente por la ausencia de legado y de material sonoro de los sesentas y setentas. De oídas, casi como leyendas, algunos empezamos a escuchar historias de ensueño de nuestros padres y tíos que transcurrían en el Tifany (luego Galaxy) o en los teatros Country o Tauro. Exagerados o no, estos relatos eran de envidia. La primera movida rock en el Perú. Los Shains, Los Yorks, Los Saicos, Los Belkings, Los Steivos, Los Siderals y sobre todo Traffic Sound. Poco a poco se fueron recuperando las grabaciones e incluso se hicieron en el extranjero algunas re-ediciones de material (la de Los Belkings en España por ejemplo). Aquí en Perú, Andrés Tapia y su sello Repsychled lograron lo que parecía imposible: poner al alcance de todos aquellos antiguos álbumes. Luego de años de investigación, cachineo y una labor de arqueología musical en los desaparecidos sellos IEMPSA, MAG y SONORADIO, Andrés pudo hacerse de un catálogo y sacar nuevas ediciones de aquellos grupos de los que sabíamos de oídas. Gracias a ello hemos podido recrear aquellas fiestas matutinas, en donde el grupo como tal era pieza fundamental. Cada barrio tenía su grupo y cada grupo sus fans.

Traffic Sound no fue el primer grupo de rock peruano, pero sin duda se trata del mejor de todos. Su propuesta, profesionalismo y sobre todo su sonido (con múltiples arreglos de vientos y teclados) hacen de ellos un caso de excepción. No solo sus covers son formidables sino sus canciones propias. Prueba mezclar Beach Boys con Air. Prueba mezclar Pink Floyd con Cream. Y además métele quenas, guitarras de palo y quijadas de burro. Quizá es ocioso pero uno no puede dejar de preguntarse qué hubiera pasado si aquellos chicos, que empezaron ensayando en lo que hoy es el Colegio de Abogados de Lima en San Isidro, hubieran seguido haciendo música. Hasta dónde hubieran llegado. Quizá Nevares o Barclay no tuvieran los altos cargos que hoy ostentan o Manuel Sanguinetti no hubiera tenido tiempo para fundar la Radio Doble Nueve (la radio rock de Lima). Se trata, sin duda, de otra pregunta sin respuesta.

La generación de atmósferas, sus arreglos al detalle y un imaginario psicodélico hicieron que los Traffic Sound sean considerados como uno de los grupos abanderados del rock de esta parte. No es casualidad que se trate del primer grupo peruano en hacer giras internacionales (Argentina, Chile, Brasil). Incluso fue el grupo promocional de la naciente empresa de Aviación Brasileña Varig. Fácilmente sus discos podrían firmarse este año, quizá diez años después y seguirán teniendo vigencia. Sus melodías universales, panderetas escondidas y guitarras de palo abundan.

Desde entonces se han reunido poquísimas veces. La histórica vuelta en el Muelle Uno el año 1993. Luego en el hotel Los Delfines, El Dragón de San Bartolo (y creo que también en el Regatas). Todas las veces quise ir, pero algo lo impidió. Sin embargo, no pierdo las esperanzas. Como bien dice Zulu, los Traffic otra vez están completos. Ahora solo falta que saquen un disco. No pido mucho, ¿no?

Discografía:
- A bailar Go Go (1968)
- Virgin (1969)
- Traffic Sound (1970)
- Lux (1971)



Más de Traffic Sound en la página de Zulú

viernes, 8 de enero de 2010

Leo Bacteria del grupo "Pestaña" muestra su colección de Vinilos

El gran Leo Bacteria, vocalista de Pestaña, me abre las puertas de su habitación para mostrarme su valiosa colección de vinilos y contarme su experiencias juveniles con esta emocionante manera de disfrutar la música. La habitación de henry spencer.


martes, 5 de enero de 2010

Una banda de rock a prueba de todo



El retorno de Dolores Delirio
El Comercio
03 de enero de 2010
LA EMBLEMÁTICA AGRUPACIÓN NACIONAL CELEBRA EL REGRESO DE SU VOCALISTA ORIGINAL, RICARDO BRENNEISEN, CON LA PRODUCCIÓN DE UN NUEVO DISCO. INICIARÁ EL AÑO CON UN CONCIERTO QUE SE REALIZARÁ EL SÁBADO 16 DE ENERO EN LA NOCHE DE BARRANCO

Por: Diego Pajares

Pocas agrupaciones dejan una marca tan fuerte en sus seguidores que logran traspasar la barrera del tiempo, a pesar de los desacuerdos y conflictos propios de una banda que busca permanecer vigente en el tiempo.

Los que conocen la trayectoria de Dolores Delirio saben que esta presenta altos y bajos, cambios de vocalista y hasta la lamentable muerte de uno de sus fundadores, el guitarrista Jeffrey Parra. Sin embargo, con el regreso de su cantante original, Ricardo Brenneisen, y el entusiasmo del baterista Josué Vásquez, se inicia una nueva etapa en la historia de esta recordada agrupación nacional. Porque Dolores Delirio tiene para rato, dicen.

Cuando Dolores Delirio tuvo por vocalista a Luis Sanguinetti, hubo un cambio de estilo en su música. ¿Seguirán así con el regreso de Ricardo?
Josué: En ninguno de los procesos de creación de nuestros discos hemos tenido algo preconcebido. Siempre la búsqueda se ha dado paso a paso. La energía del público nos inspira.

Ricardo: Estoy seguro de que va a salir algo bueno y original. Quizá salga un disco minimalista, “power trío” o de repente algo electrónico. No sabemos qué es lo que fluirá esta vez.

¿Cómo se concreta el regreso de Ricardo a la banda?
R.: Fueron una serie de casualidades. A Cómplices Eternos, que era mi banda en ese momento, se le complicó la situación por problemas de horario y ahí quedó. Paralelamente, ocurría algo parecido en Dolores con Lucho (Sanguinetti).

J.: Él tenía otros planes. Nos contó que ya tenía otra banda. Ya quería grabar otra producción, mientras que nosotros teníamos la idea de que “Plástico divino”, el disco que sacamos en el 2008 con él, necesitaba por lo menos dos años de promoción.

R.: En ese momento nos tocó tomarnos un café. Quedamos en que no nos podían pasar los mismos problemas que antes, e hice algunas propuestas.

J.: Estuvimos de acuerdo con que una quinta persona hiciera el trabajo de mánager de la banda, y a partir de ahí empezó esta nueva etapa, ya no solo de cuatro músicos, sino de cinco personas que trabajan en el mismo proyecto.

¿Las cosas con Sanguinetti quedaron en buenos términos?
J.: Simplemente teníamos conceptos distintos. Para nosotros, como para muchas otras bandas, sacar un disco implica mostrarlo y trabajarlo en vivo durante uno, dos o tres años. Él estaba acostumbrado a otro ritmo con Leusemia.

¿Qué harán para unificar las diversas ideas que tienen como grupo?
J.: Nuestra esencia es el estilo que impuso Jeffrey Parra, guitarrista fundador de la banda, que murió en un accidente automovilístico hace años. Él formó el grupo. Dijo que quería que las guitarras sonaran envolventes, densas, que se creara una atmósfera. R.: Lo más importante de él es cuánto ha aportado al sonido del rock nacional. Grabó con nosotros solo dos discos, pero dejó una marca inmensa. Cuando estuve de gira como solista y tocaba las canciones de Jeffrey con otros músicos, era increíble ver la devoción con la que estos tocaban sus composiciones.

¿Cómo fueron los primeros años sin Jeffrey?
R.: Pasamos 11 años buscando un reemplazo. Fue fácil encontrar a un nuevo músico, pero el nexo que unía las diferencias entre nosotros nunca lo encontramos.

¿Cómo proyectan el futuro de Dolores Delirio?
J.: Bueno, ahora la cosa está más ordenada y calmada. Estamos enfocados. Aunque en realidad es la gente la que tiene la culpa de que hayamos regresado. Es increíble que una banda que ha pasado por tantos cambios aún cuente con el soporte del público.

R.: Hay un momento en el que tus propios seguidores no permiten que dejes de formar parte de tu banda. Es algo que sobrepasa la fuerza de voluntad.

¿De qué manera les han hecho saber sus deseos de que continúen haciendo música?
J.: Te paran en galerías Brasil y te preguntan por qué no vuelves a hacer un disco como el “Zero”. Eso es bacán, pero al final uno debe ser sincero con lo que le provoca hacer. No podemos caer en el jueguito de hacer lo que el público nos pide. Eso es de los grupos que buscan conseguir un “hit”. Nosotros preferimos decir a la gente que nos deje pasar por nuestro proceso de concepción.

Es decir, prefieren ser sinceros y originales con su público.
J.: Eso es rock: ser originales. Modestia aparte, el rock ha evolucionado cuando las bandas han tenido ese tipo de actitud. Por lo menos tenemos la tranquilidad de poder hablar de ciertas cosas con las que no nos sentimos conformes aún.

R.: Pero es bueno sentirse inconforme, si no ya no buscas. Esa es una clave: que la gente te mente la madre en los conciertos indica que algo falta; hay que buscarlo.

¿Consideran que hay grupos que solo buscan que la radio programe sus canciones?
J.: Ese es otro tema también. Es interesante y también es una pena. He escuchado decir que el rock nacional se ha estancado, pero creo que sería injusto para las bandas que han surgido en los últimos años. Lo que sí es una realidad es que las bandas aprenden más rápido de márketing que de cuestiones esenciales de convivencia dentro de un grupo. Y eso es clave.

¿Qué proyectos alistan para este año? ¿Cómo afrontarán su nueva etapa?
J.: Empezaremos a componer en enero. Tenemos una idea interesante: ir mostrando avances, lanzando algunos EP con varias portadas, para que los “fans” las tengan todas. Por lo pronto, seguiremos con las presentaciones en vivo.

R.: Creo que el objetivo en esta etapa previa al disco nuevo es remontar de alguna manera lo que dejamos de hacer con la banda. Nos toca decir aquí estamos, a ver: ¿quién ocupó nuestro lugar? No hay nadie.

J.: Lo que haremos es grabar en las pruebas de sonido. Tenemos una persona que se encarga de eso durante nuestros viajes.

R.: Nosotros pensamos que si algo no existe, lo tienes que crear; así de simple. Nadie lo hará por ti. Incluso es así como funcionan nuestra giras. No esperamos que nos llamen; si no nos invitan, nosotros los llamamos. No somos para nada una banda aburguesada.